• Tres sombreros de copa, por el grupo Con T de Teatro del IES SAN LUCAS de Sanlúcar de Barrameda, Cádiz.

• Jaque a la reina, por el grupo Los Shespirs del IES JOAQUÍN ROMERO MURUBE, Sevilla.

• La bella dormida, por el grupo Los Pollitos del IES ALFONSO XI de Alcalá la Real, Jaén.

• La pequeña tienda de los horrores, por el grupo Los Shespirs del IES JOAQUÍN ROMERO MURUBE, Sevilla.

• La loca de Chaillot, por el grupo Duende Teatro del IES JOSÉ LUIS TEJADA de El Puerto de Santa María, Cádiz.

• La Huida, por el grupo imÁgina Teatro del IES SIERRA MÁGINA deMancha Real, Jaén.

Cuando se trabaja en el terreno del teatro escolar, creo que lo más importante a la hora de decidir participar en un concurso es... que haya concurso. O sea, abundan los certámenes de teatro aficionado y de teatro juvenil (por lo general demasiado exigentes para el nivel medio de un grupo escolar) y son pocos los dedicados al teatro en institutos. De modo que para cualquiera que se ocupe de dirigir un grupo de estudiantes cada certamen nuevo que aparece es como un oasis en el desierto: se trabaja duro y durante mucho tiempo para preparar una obra en un centro escolar y lo necesario después es que existan canales para poder representarla y, en cierto modo, "amortizarla".

Dicho esto, confieso que en el caso del Certamen de Teatro Simprota lo enigmático de sus bases añadía un plus de interés a la participación. Extrañaba su énfasis en el trabajo en valores y en el desarrollo de cierta ética teatral. También era llamativo el rechazo a la terminología habitual que clasifica y jerarquiza a los grupos y sus miembros en "primero" "segundo", etc.

En lugar de eso, en "el Simprota" se insistía una y otra vez en el trabajo colectivo, en el esfuerzo común, en la negativa a identificar protagonistas y secundarios y mejores y peores. Además, incluía galardones a categorías nada habituales, como el aprovechamiento de los menores recursos, la creación e interpretación musical y, sobre todo, la escritura teatral.

Lo cierto es que en nuestro grupo, imÁginaTeatro, pensamos que encajaríamos a la perfección en la filosofía del grupo: no sólo presentábamos una obra original del propio grupo ("La Huida"), sino que esta se apoyaba en un auténtico reparto coral, en el que todos ocupaban puestos similares, sin puestos más importantes que otros.

Afortunadamente, el jurado del certamen también lo vio así y nos recompensó con los premios a la Creación Colectiva y la Escritura Teatral. Visto en perspectiva, la historia de nuestro grupo siempre estará unida al Simprota, pues fue allí, en Medina Sidonia, donde conseguimos nuestros primeros premios... donde logramos, como nos gusta decir, nuestra "mayoría de edad teatral", nuestra puesta de largo en este mundillo que tantas alegrías nos ha dado hasta ahora y que tantas sorpresas aún nos tiene reservadas.

En cuanto a la existencia de un premio a la Escritura Teatral, me parece sencillamente IMPRESCINDIBLE. Desde siempre me he encargado de escribir las obras que trabaja nuestro grupo. Y siempre digo que es una de las peores partes del trabajo teatral, porque suele realizarse en soledad y con grandes dosis de sufrimiento (personajes que no quedan claros, argumentos que no avanzan, diálogos que no aparecen...).

Escribir un texto teatral es durísimo... y luego, sin embargo, es un trabajo que los concursos no suelen reconocer ni premiar. Me parece que el Simprota es uno de los pocos (si es que no es el único) que reconoce esta tareas BÁSICA en la experiencia teatral. Os animo a que mantengáis esta categoría en vuestro certamen.

Debe servir de recompensa y acicate para que los grupos apuesten por crear sus propios textos (que siempre serán más certeros y adecuados a la realidad del grupo) en lugar de limitarse a utilizar o adaptar textos ajenos. Así que, ¡ánimo! con los premios Simprota y ¡aún más ánimo! para el premio de Escritura Teatral.

David Salmerón

David Salmerón recoge su premio a la escritura teatral SIMPROTA-EDICIONES ANTÍGONA en el I Certamen Simprota de Teatro Joven en Medina Sidonia.